Inglés, fútbol, Kárate, baile, música..... La oferta es casi interminable, y las dudas que muchas familias se plantean a la hora de decidir cuál es la actividad extraescolar más adecuada para sus hijos en ocasiones supone un quebradero de cabeza al que normalmente hay que añadir la disponibilidad horaria, la compatibilidad con las actividades del resto de hermanos o incluso con otras actividades del propio niño durante la semana, sin olvidar dejar tiempo suficiente para los deberes, horas de estudio....
Dicho así, cuadrar la agenda familiar durante la semana, puede parecer algo estresante, pero los beneficios que aporta a los niños la realización de todas éstas actividades
¿ hace que tanto esfuerzo valga la pena?.
Éste tipo de actividades, suelen ser diferentes y/o complementarias a las que se llevan a cabo dentro del ámbito estrictamente escolar, permitiéndoles desarrollarse en otras áreas a través de metodologías fundamentalmente lúdicas y en contacto con grupos diferentes de niños de su misma edad, ampliando así el círculo social con quien compartir sus experiencias.
Sin duda tienen una función positiva, pero como casi todo en la vida, en su dosis adecuada y teniendo en cuenta algunos aspectos fundamentales que no deberíamos pasar por alto.
Demasiadas veces el exceso de ocupaciones de los niños, es un reflejo de los hábitos de vida actual de los adultos, y olvidamos que ellos son,eso, niños, aunque también pueden llegar a sufrir, al igual que nosotros, patologías como consecuencia del estrés (ansiedad,trastornos del sueño, alteraciones conductuales, depresión....).
Una de las actividades más útiles,que proporcionan más beneficios al desarrollo infantil es el juego. Sin embargo muchos padres perciben como pérdida de tiempo, ese espacio libre en que los niños no tienen otra cosa que hacer,mas que jugar,de ahí la necesidad de rellenar con diferentes actividades el tiempo libre. Pero nada más lejos de la realidad.
El juego infantil espontáneo proporciona pilares muy importantes para su futuro. Es una forma segura de ensayo, aprendiendo a descubrir el mundo sin grandes riesgos. Ponen en práctica lo observado y aprendido en otros entornos, con lo que los niños generalizan y fijan aprendizajes muy variados. Junto a otros amigos, de manera libre, aprenden habilidades sociales como la solución de conflictos, a respetar las normas, controlar sus sentimientos y favorece la transmisión de valores.
Además de todo ello existen estudios que demuestran que el juego favorece la comunicación, enseña por sí mismo, desestresa, fomenta el autocontrol, mejora la autoestima, socializa y desarrolla la creatividad.
Por tanto, a la hora de organizar las actividades extraescolares de vuestros hijos, con la idea de aprovechar al máximo los beneficios que éstas les pueden aportar enriqueciendo su formación y desarrollo en todos los aspectos, no olvidéis:
- Tener en cuenta su edad y características particulares
- Respetar sus gustos
- Que no supongan un esfuerzo agotador
- No organizarlas en función de vuestras propias necesidades
- Que se diviertan
Y sobre todo...... Que les permita disponer de tiempo libre para JUGAR, una forma natural y completa de aprender disfrutando.
Psicóloga.
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