Otro año más llega la Navidad!! Con ella la ilusión, principalmente, de los más pequeños de la casa. A la vuelta de la esquina, las vacaciones y la interminable espera de la visita de Papá Noel, seguido de cerca por los Reyes Magos. Previamente el bombardeo publicitario a través de catálogos y televisión, habrá puesto ante ellos un enorme escaparate lleno de multitud de juguetes para poder elegir todos aquellos que más les gusten y con los que poder empezar a escribir sus cartas llenas de deseos.
Los "pajes" por su parte, empiezan a llevar a cabo su labor no solo en la búsqueda agotadora de los juguetes deseados, sino en la no menos importante transmisión de información que garantice ,en la medida de lo posible, que dichos juguetes llegan no solo a la propia casa del niño, también a la de los abuelos, tíos...... Todo con el objetivo de que los niños tengan lo mejor, la mayor cantidad y eso garantice su felicidad en los mágicos días.
Pero ésto es realmente así? Si observáis detenidamente a vuestros hijos, ellos mismos puede que os den la respuesta.
La acumulación de gran cantidad de juguetes en tan poco tiempo, seguramente provocará que vayan "saltando" de uno a otro sin valorarlos, sin apenas tiempo de poder aprovechar los beneficios que pueden aportarles. Ese juguete tan caro, que tanto deseaba, que hace de todo... una vez pasada la lógica sorpresa inicial, comprobaréis con tristeza cómo pasa rápidamente al olvido.
Desde luego que el juego en el desarrollo infantil es fundamental, y aunque los juguetes apoyan ese desarrollo, ni la cantidad, ni su sofisticación son los elementos más importantes. Cuántas veces habéis sorprendido a vuestro hijo/a, jugando con una simple caja de cartón, con el cubo y la pala en la arena o con unas simples piedras, pasando horas entretenidos en juegos aparentemente tan sencillos. El secreto está en que ese tipo de juegos y juguetes son los que más reclaman poner en marcha sus habilidades, imaginación, paciencia y destrezas en continua evolución.
En casa, con la ayuda de los padres es más fácil controlar la cantidad de juguetes que pueden llegar, pero con el resto de la familia puede resultar algo más complicado. Una buena idea si los niños se juntan con demasiados regalos, es guardar parte al día siguiente, e ir dándoselos progresivamente más adelante. De ésta manera les hará más ilusión y podrán sacarles todo su partido. También es aconsejable que a la hora de hacer la carta, les ayudéis a elegir juguetes variados, adecuados a su edad, que sin perder de vista sus gustos, estimulen diferentes áreas del desarrollo: motriz, lenguaje, cognitiva, social, creativa.....Todos aquellos juguetes que den la oportunidad de jugar juntos con otros niños (hermanos o amigos) y compartir momentos en familia, harán que se multipliquen las oportunidades de disfrutar momentos especiales y eso es lo que aporta de verdad felicidad a los niños.
Y por último recordaros: El mejor juguete para cualquier niño (que aunque no lo pida en la carta, siempre lo desea) no tiene que llegar en trineo ni en camello, porque siempre estuvo en casa. Vosotros y vuestro tiempo sois su mejor juguete. Eso sí que no puede faltar éste año, ni el próximo, ni el siguiente.....
Feliz Navidad!!!
Psicóloga.
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